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La Flotilla por Gaza es nuestra resistencia moral

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La Flotilla por Gaza es nuestra resistencia moral

Artículo de Andrea Barolini para Valori

La Global Sumud Flotilla ha zarpado hacia Gaza para romper el bloqueo israelí y entregar ayuda humanitaria: un gesto de resistencia moral que interpela a Occidente

La partida de la Global Sumud Flotilla, con decenas de embarcaciones que intentarán romper el bloqueo naval impuesto por Israel y abrir un corredor humanitario para hacer llegar alimentos y productos de primera necesidad a la población de la Franja de Gaza, no representa un desafío al gobierno de Netanyahu. O mejor dicho, no solo eso. Esa colorida, conmovedora, histórica flota que se dirige al único lugar asediado del mundo del que los civiles ni siquiera pueden escapar es una respuesta a todas las vergonzosas, culpables y repugnantes omisiones de los llamados gobiernos “democráticos” de todo el mundo.

Ríos de tinta se han escrito – inútilmente – para recordar el doble rasero utilizado por la Unión Europea y los países que la integran, así como por todo Occidente. Todos se movilizaron cuando se trató de contrarrestar la agresión de Putin contra Ucrania, todos cruzados de brazos cuando se trató de defender a una población martirizada. Todos: Comisión de Bruselas, gobiernos europeos, Estados Unidos, OTAN. Ninguno excluido.

Por supuesto, algunos han emitido declaraciones. Otros pidieron a Israel que se detuviera. Pero, concretamente, nadie ha hecho nada. Y eso es, objetivamente, repugnante. En los hechos – porque eso es lo que cuenta, no las palabras – se ha decidido y se sigue decidiendo dejar que Israel haga lo que quiera en la Franja de Gaza (con las armas que nosotros le vendemos, enriqueciéndonos). Y francamente es difícil no pensar que también esté relacionado con el hecho de que en ese infierno solo hay gente pobre y desconocida (los más “famosos” eran un futbolista y un puñado de valientes periodistas, y ya han acabado con casi todos), poquísimos recursos naturales, pocos negocios: así que más vale dejarlos morir. Luego quizá se pueda repartir el megaresort/hub comercial con el que sueñan al unísono el extremista Donald Trump y el “laborista” Tony Blair. Y entonces sí que aparecerán oportunidades de negocio.

¿Es así como se ha razonado? ¿Ha guiado a Occidente, una vez más, solo la lógica de los números, único faro de este absurdo sistema económico depredador? ¿O es una ilusión y todo es fruto de la imaginación? Y sin embargo, si así fuera, dígannos de una vez, queridos responsables políticos: ¿por qué? ¿Por qué no han actuado? ¿Por qué no lo hacen ni siquiera ahora? ¿Qué más tiene que pasar en la Franja de Gaza para que decidan que es demasiado, y que sanciones, boicots, interrupciones de relaciones comerciales, diplomáticas y políticas deben aplicarse a Tel Aviv del mismo modo que se aplicaron a Moscú?

La Global Sumud Flotilla tiene el valor de hacer lo que no han hecho quienes nos gobiernan: ¿por qué no la defenderán cuando se acerque a las costas de Gaza? Israel ha advertido que los activistas serán arrestados y tratados como terroristas: ¿lo permitirán? ¿De verdad aceptarán que sean detenidos y encerrados en aislamiento quién sabe dónde? ¡Son ciudadanos suyos! Y tengan muy claro que la política no tiene absolutamente nada que ver con todo esto. No es de izquierda ni de derecha llevar cajas de alimentos a una población asediada, salvar a un niño de morir de hambre, de agotamiento o de una bala incrustada en el cráneo. Salvarlo es no rendirse, y ustedes evidentemente se han rendido. Salvarlo es resistencia moral. Es negarse a ser cómplice. No actuar, en cambio, hace corresponsables de la peor expresión de inhumanidad desde Auschwitz-Birkenau. La historia los juzgará.

Fotografías de Marta Ruiz Jadraque

Fotografía de portada de Gulcin Bekar